“Pensaba el primer día de dual que me iban a explicar cómo funcionaba todo; los elevadores, qué se tenía que hacer y cómo, y aunque al llegar no sabía mucho, ahora hago mantenciones yo solo, y hasta le doy una mano a algunos compañeros y practicantes de la universidad en el mismo taller.” Fabián Paredes, alumno dual Escuela Lautaro.
En un programa dual conviven el trabajo de un profesor, un técnico, y un estudiante. El profesor aporta los conocimientos teóricos en el aula y supervisa el aprendizaje en terreno; el técnico asume la tutoría del joven en el lugar de trabajo; y el estudiante ejecuta estos aprendizajes en ambos espacios. Este mes TP visitamos uno de los programas de Formación Dual de más larga data en Chile: el programa dual de Astara en Piamonte Gran Avenida junto a la Escuela Industrial Lautaro, donde cada uno de los actores clave nos contó su experiencia.
La empresa automotriz Astara recibió por quinta vez en 3 años un grupo de profesores de Mecánica Automotriz de la RM y alrededores, para entregarles una actualización en materia de #Electromovilidad, la tecnología automotriz que se instaló en Chile y el mundo, y que hoy no se está enseñando en los colegios Técnicos Profesionales.
Justamente por este motivo, Fundación Chile Dual junto a Astara han diseñado un programa de actualización docente en la que los profesores pueden visitar las instalaciones de la empresa y experimentar de cerca la tecnología en electromovilidad, de la mano de un técnico experto en la materia.
Fabián Paredes, Alumno Dual
Fabián comenzó su dual un poco más tarde que sus compañeros del liceo Lautaro, por temas de salud, pero pronto se puso al día. Confiesa que lo más difícil es levantarse temprano, pero ahora hasta los fines de semana trabaja, haciendo “pololitos”. “Una semana me levanto a las 12, por cansancio, la siguiente a las 7. Siempre me estoy moviendo”. En el taller Piamonte, de la red Astara hay más jóvenes, pero él es el único estudiante dual y dice sentirse al mismo nivel o incluso superior que practicantes de institutos o universidades, y destaca que la parte social ha sido impecable: “Me han acogido súper bien, con mucha buena onda”. Y es que poner en práctica lo que ha aprendido en clases ha sido transformador. “Es muy distinto hacer mantenciones en el taller que en el colegio, se aprenden cosas que en teoría no se saben (por ejemplo, pequeños hoyitos en la línea del refrigerante por donde pierde fluido; es raro, como que no calzara) o bien conocer variaciones en distintos modelos de camionetas donde los filtros son diferentes… son cosas específicas muy útiles. El refuerzo con el profe Claudio también es muy bueno, vemos cosas en inglés, piezas, cómo funcionan y para qué sirven”.
Y como en todo programa dual, no solo el área técnica es transformadora, sino también su visión del mundo ha cambiado: “como acá nos apoyan con dinero, estoy aprendiendo a ahorrar, cosa que antes yo no consideraba, plata que tenía, plata que gastaba. Ahora, en cambio, hay una especie de educación financiera”. Sobre su futuro, Fabián tiene deseos de especializarse en sus estudios, estudiando Ingeniería en Mecatrónica en la universidad, y no descarta involucrarse en maquinaria pesada, donde hay mucho campo laboral.
"“No todas las empresas están abiertas a tomar niños tan jóvenes en el mundo laboral. Y es curioso, acá todo el equipo, a excepción de uno, son exalumnos que se han quedado tras hacer su práctica."
Claudio Sepúlveda, Profesor Tutor
El profesor Claudio ha visto titularse 14 generaciones de mecánicos automotrices en su liceo, ha sido profesor de al menos 8 cuartos medio, y responde sin chistar que lo primero que cambia en los estudiantes al pasar por un programa dual es la motivación.
“Tiene una gran incidencia en los jóvenes el aprendizaje que ven en la planta, la parte no solo mecánica, sino también las habilidades blandas, al estar en un contexto dinámico de las empresas, el respeto de horarios, también el cómo se trabaja la prevención de riesgos, eso es algo puntual que los jóvenes aprenden in situ. Además, y lo más significativo quizás, es que todos los jóvenes del dual quieren pasar por la ingeniería o técnicos de nivel superior, por un tema de metas, que se enfocan muchísimo. Nosotros los guiamos, orientamos con las becas para que puedan estudiar. De hehco, la mitad de nuestros egresados de 4° tienen becas completas, en mecánica automotriz o maquinaria pesada, lo que les es muy atractivo.”
Y no sólo los estudiantes potencian su desarrollo. El profesor Claudio ha tenido en 2 ocasiones la oportunidad de aprender de Electromecánica, gracias al vínculo con Astara y la Fundación Chile Dual, “Uno se actualiza en temas que en el liceo serían imposible”. El contacto con la empresa transforma también su visión sobre las trayectorias de los jóvenes, uno de los ejes identitarios en su liceo, la Escuela Lautaro: “Ver cómo se desarrolla la autonomía, la mayor responsabilidad, el respeto, seguridad, etcétera, nos llena de alegría, porque ese justamente esa es una de las grandes habilidades que intentamos desarrollar en los jóvenes, que tomen decisiones sabias, que maduren”.
Una de las dimensiones que él ve como crítica es la relación de los estudiantes con el dinero: “Esta ayuda voluntaria que las empresas le dan a los jóvenes puede enfatizar demasiado el tema monetario y cambiar el foco a los jóvenes. Eso requiere una conversación constante, remarcar que lo más importante es el aprendizaje y luego veremos cómo funciona el resto, cuando trabajen formalmente. Es algo que no sé si podría considerarse una debilidad o fortaleza en el dual en general, no solo en mecánica automotriz. Claro que si le pagas a un joven su desempeño va a ser mejor (risas), pero bueno, todo tiene sus bemoles. Al final del día el dual siempre tiene más ventajas que desventajas.”
Iván Ubilla, Maestro Guía
Con casi 10 años como responsable en el servicio técnico, Iván ha colaborado en la formación de 14 estudiantes duales. Reconoce que no todas las empresas tienen la misma apertura a trabajar con jóvenes, y señala que su experiencia como padre ha ayudado su trabajo con jóvenes.
“No todas las empresas están abiertas a tomar niños tan jóvenes en el mundo laboral. Y es curioso, acá todo el equipo, a excepción de uno, son exalumnos que se han quedado tras hacer su práctica. Intentamos mantener un estándar alto, un semillero de buen nivel. Al igual que hago con mis hijas, trato siempre de hacerles conocer las cosas de la vida, ir modelando desde la puntualidad, la disciplina, el ser proactivo, de modo que puedan aportar a la sociedad y ser personas más completas. En el caso de Fabián, para mí fue nuevo que viniera el papá a presentarlo, creo que eso le da más fortaleza al niño.”
En el trabajo con estudiantes te toca todo tipo de jóvenes, el tema social es muy importante y notorio, en una ocasión un niño que estaba en clara desventaja dejó de venir de pronto, y más tarde nos enteramos que estaba metido en problemas. Claro, eso queda fuera del trabajo en el taller; hubo otro chico al que le tocó que iba a ser papá y tuvo que dejar su programa dual, pero es parte del proceso, no la generalidad. Hoy por ejemplo un practicante me preguntó si era posible quedarse trabajando acá, que le gustaba el ambiente del trabajo, y es algo que se relaciona con que el técnico a cargo suyo tiene mucha paciencia y experiencia con jóvenes. Te diría que en general, este tipo de programa se trata de trabajar con personas y apuntar a que sean la mejor versión de sí mismos”.