Lo perfecto es enemigo de lo bueno, o al menos así aseguran los seguidores de Voltaire, y un programa dual no es excepción, sin embargo con 9 años de experiencia articulando programas entre liceos y empresas, nuestro equipo consultor destiló 6 ideas para una experiencia dual de alto nivel.
Maestros Guía que respondan al perfil: Es clave contar con maestros guías que respondan a un perfil donde se requieren habilidades comunicacionales, un interés genuino por el desarrollo de los jóvenes, sistematicidad, entre otras. Para ellos es importante que estos maestros, que suelen ser técnicos y profesionales, puedan contar con una formación continua. Esta puede partir con una inducción, y una vez al año, como mínimo, un focus group para conocer cómo están viviendo ellos la experiencia y qué necesitan para mejorar. Las empresas que implementan estas estrategias tienen excelentes resultados.
Un liceo atento: También es fundamental contar con la presencia activa del liceo al que pertenecen los estudiantes. El profesor(a) tutor(a) debe mantener contacto con el maestro guía a fin de ver cómo apoyar a los estudiantes durante el proceso en la empresa. Obviamente esto viene de la mano con que el liceo considere y facilite estos tiempos y recursos al profesor tutor para poder mantener vivo ese contacto
Un MG por alumno: Para asegurar un seguimiento de calidad, cada maestro guía debería ser responsable de un solo alumno y no de varios, enfocando su atención.
Un programa de aprendizaje consolidado: En un programa dual de excelencia, los maestros guías cuentan con un plan de aprendizaje elaborado en conjunto al profesor tutor, de manera que el estudiante siempre está realizando alguna actividad y no tiene períodos de inactividad o se sale del área definida.
Apoyo económico: Los estudiantes deberían recibir un aporte económico de parte de la empresa, además de otros beneficios como colación, movilización o sus elementos de protección personal cuando son necesarios.
Fomentar la puntualidad: Es necesario que se haga un control de la asistencia en conjunto con el liceo, para evitar faltas o deserciones que muchas veces se desprenden de la desmotivación y los criterios laxos que perciben los estudiantes.