Un salto cualitativo en Educación Técnica
Hace un par de semanas conocimos la consulta ciudadana que el Ministerio de Educación está llevando adelante para validar la propuesta de nuevas bases curriculares. Una vez más, la Formación Técnico Profesional queda en segundo plano, ya que ésta contempla cambios sólo hasta segundo medio. Actualmente un 37% de la matrícula de 3° y 4° medio en Chile corresponde a estudiantes del sector Técnico Profesional, que trabajan con el mismo plan de estudio desde hace prácticamente 10 años. Como es imaginable, mucho cambia en el sector productivo en 10 años, de modo que muchas áreas y especialidades quedan desactualizadas o definitivamente obsoletas: el Ministerio de Educación jamás podrá seguir el ritmo de los cambios que ocurren en el mundo del trabajo.
Lo que falta es multiplicar esas experiencias para lo cual se requiere una mayor participación del Estado y el sector privado. Ese es el verdadero salto cualitativo en educación técnica.
¿Podemos hacer algo? Una alternativa que demuestra continuamente sus beneficios es la vinculación entre los jóvenes de liceos técnicos con el sector productivo; porque allí está la tecnología, los procesos; allí se “aprende haciendo”, allí se desarrollan las habilidades socioemocionales: allí están los futuros trabajos. Esto no solo colabora en actualizar el plan formativo, sino que tiene impactos multidimensionales en el desarrollo del país. En el tiempo que llevamos articulando programas formativos entre Liceos y empresas, hemos podido ver cómo jóvenes despiertan sus talentos los, adquieren herramientas tremendamente valiosas para seguir construyendo su proyecto de vida y, sin depender de una actualización curricular, van cerrando las brechas existentes. Países como Alemania o Suiza cuentan con un sistema articulado entre educación y empresa, lo que hace mucho más viable una formación técnica de calidad; en Chile, en cambio, esto se hace de manera voluntaria y con un voto de confianza entre los liceos y las empresas. Lo que falta es multiplicar esas experiencias para lo cual se requiere una mayor participación del Estado y el sector privado. Ese es el verdadero salto cualitativo en educación técnica. 

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